miércoles, 6 de febrero de 2008

1.-Atrapado

Cogió su calcetín rojiblanco y, con la boca abierta y los ojos legañosos, le incrustó el atizador al trasero invasor que colgaba sobre los leños. Volvió a la cocina, a mirar su tractor roto con las narices a pleno rendimiento. Entonces vio la cajita amarilla.
Cuando el culo rojo se puso caliente, oyó la voz de su madre:

- ¿Manolo?

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