miércoles, 6 de febrero de 2008

15.-Sin título

No parecía que nada fuera a cambiar. En la habitación sólo se oía el crepitar del fuego y el mecánico TIC-TAC del reloj de cuco, mientras en la cocina el gas seguía su curso. En el centro, engullido en su antiguo sillón, reposaba nuestro protagonista, adormilado por el coñac.
Cerca, acomodado en la moqueta, estaba Coro, el viejo gato persa. Ajeno a su solitud, le miraba fijamente con un aire burlesco que lo irritaba. Había hecho bien en no dejarlo fuera, al menos ese pequeño bastardo tendría su merecido, en lo que iba a ser una brillante y cálida navidad.

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