miércoles, 6 de febrero de 2008

3.-Diciem-bilis

Las luces de neón, que titilan cual heridas luciérnagas escondidas en verdosos hierbajos, se apoderan conscientemente de las ciudades desde dos meses antes de la pútrida llegada de la corona que portan mis cabellos. En mis noches blancas observo, desde el banco en el que espero a mi traidora Nástenka, el estallido de esas luciérnagas que decoran mi infecto ser. Aquella que posa ante mí sus sombríos ojos, plantada ante mí como un narciso negro, me muestra la joya que le han regalado los destellos. Me la da a probar, a pesar de mi consciencia de su amargura.

No hay comentarios: