domingo, 3 de febrero de 2008

FdC.-Parrilla de programación

Siempre estamos con los mismos tópicos. Que si soy zafia, que si malablada, que si hanalfabeta... ¡Mecaguen dios y la puta madre que os parió a todos, señoritingos y señoritingas de los cojones! Por que ahi que tener cojones para venirme a mí con esas. Haber si encima me voy a tener que quedar callada y aguantar toda la mierda que me hechan sin razón alguna. Un par de ostias bien dadas os debieran dar a cada uno, cabrones de mierda. Yo misma lo haría con mucho gusto si pudiera. Cínicos, hipocratas, calumiadores...

Es que manda huevos... Todo el puto día trabajando sin parar como una jodida esclava de circo para distraeros de vuestras apestosas vidas de mierda y ¿conqué me encuentro? ¿Con un minino de agradecimento? ¡Los cojones! Me encuentro con hipocratas tortilleros que a mis espadas me llaman "tele tonta" y "televisión basura" mientras que cuando los tengo de frente me miran con cara de desgraciados embobinados a los que se les cae la baba mientras se revuelben y se regofilan en la mierda que les ofrezco.

Que sí, que los programas que os pongo son una puta mierda. ¿Y de quién os creeis que es la culpa, panda de jilipoyas tontos del culo desgraciados maricones? Si os coméis la mierda como si fuera un chocolate con churros, no se luego de que coño os venís quejando. ¿Me ha venido alguien preguntando a mí? ¿Os creéis que la programación que me ofrecéis vosotros es mucho mejor? ¡No jodamos, hombre, no me haigais ablar! Bueno, qué cojones, ¿porqué no?, vamos a poner de una vez todos los puntos sobres las ies. Con ustedes, la puta parrilla de programación que tengo que aguantar todos los puñeteros días de mi vida. Verité y cualité de la buena, no te jode...

Las mañanas son la cosa más aburrida que os podais echar en cara. El único programa que ponen he decidido llamarlo “Maruja en un sillón” y consiste, bueno, en ver durante dos o tres horas a una maruja en un sillón. De vez en cuando la tipa se levanta y se va a cagar o a poner el fuego o a quitar el fuego, aunque todo esto me lo tengo que imaginar envase a los sonidos que se oyen cuando no está en la avistación. Ah, sí, a veces se pone a pelar patatas, no sé como se me ha podido olvidar mencionarlo cuando es de lejos el momento más entretenido de todos, sobre todo si consigo distrazerla lo suficiente como para que se corte un dedo.

El sabado y el domingo, o cuando están de bascaciones, en vez de "Maruja en un sillón" ponen "Los putos criajos de los cojones", todo un clásico de la programación. Tengo que admitir que los primeros episodios fueron bastante buenos, incluso prometedones. Los críos me miraban con mucha atención, cantaban, coreaban algunas frases enflematicas, daban botes y boltedetas por el sofá... Pero con el tiempo todo se enbolbió sumamente repetitivo. Joder, para que luego se queje la gente de mis repeticiones y de que siempre ponemos las mismas jodidas películas... Los putos criajos de los cojones deben de tener como unas 20 películas de dibujos animados en vídeo, pero siempre quieren ver las cuatro mismas de siempre. Que sí, ostias, que "La Bella y la Bestia" está bastante bien, pero cuando las pones por vez número 78 acabas ya deseando que la bestia se coma de una puta vez con patatas a la bella y que con un poco de suerte se atraigante y se quede frita hay mismo. Y cuando por fín salen los títulos de créditos y crees que por fín todo ha acabado ya, los puñeteros críos revolobinan la cinta, que está ya que se cae de vieja y cada día salen más rayas y los colores parecen estar todos del revés, y vuelven a ponerla otra vez. ¡Mecaguen la belleza que está en el interior, en el chuloputas del Gastón y en el candelabro franchute de los cojones! No lo puedo aguantar más...

Al mediodía tengo "La Familia Moster", que es como una sicón de esas que emito yo pero así en plan sandans o de arte y ensillo. Todo consiste en ver a unos tíos sentados a la mesa papeando y bebiendo sin decir palabra. Sospecho que sólo me encienden para que no se note que no tienen absolutamente nada que decirse entre sí o sobre sus patéticas vidas. Las únicas veces que dicen algo, muy de vez en cuando, es para discutir sobre alguna chuminada sin la menor importancia. A veces hasta hay algún lloro o algún grito, pero la trama no abanza y al día siguiente ya están otra vez como siempre. Hay también edición nocturna a las 21:00, pero si no fuera porque la comida que se ve es diferente y que las luces están encendidas yo casi diría que se trata de una deposición.

Justo después de la comida, comenzando a las 14:00 y prolongándose a veces hasta pasadas las 16:00, el programa estrella es "Roncando en el sofá". Da igual que yo esté poniendo las noticias, el tur de Francia o al chuleta del Alonso y su eunuco amante calvo y baboso que no parpadea siquiera para no perderse como ganan siempre los mismos por que para eso sus coches son mil veces más rápidos que los de los demás. Sea como sea, lo que me ofrecéis vosotros desde el otro lado es a dos jilipoyas tumbados en el sofá. A veces me miran un poco, pero la mayor parte del tiempo están dormidos. Me pregunto para qué narices me necesitan tenerme a mí encendida trabajando mientras están roncando... Pero bueno, ya he dejado de encuestionarme este tipo de cosas. Los guionistas, pobres desgraciados, no deben de dar para más.


Cuando acaba "Roncando en el sofá" empieza la edición serpentina de "Maruja en un sillón", que es exactamente igual que la que ponen por la mañana pero un poco más variada ya que, coincidiendo con la telenovela benezonuala que emito yo, la maruja emite al mismo tiempo "Sonrrojos y lágrimas", con lo que más o menos estamos a la par en cuanto a calidad intriséca y interés. Luego hasta una hora antes de cenar, yo doy los últimos cotilleros del corazón y programas de testivoltios (donde gracias a los presentadores, los famosos y, sobre todo a los mensajes esemeses que salen en pantalla -para que luego digan que soy hanalfabeta y que no leo-, he aprendido todo mi vocalurario) mientras ella me osequia con un popurrín que va desde mirarme con atención, dormir a pierna suelta y leerse una revista (se entiende que no al mismo tiempo), hasta cortar en trozos una lechuga y unos cuantos tomates. Todo esto sin olvidar las interminables charlas telesfóricas con otras marujas y que, inevitablemente, comienzan siempre con la colecilla "¡Anda, si es Pepita! (o el nombre que sea). Precisamente estaba ahora a punto de llamarte, acordándome de tí, etc.". El record personal lo tiene mi maruja en dos horas y media al telesfóro cuando la llaman a ella, y cuarentaycinco minutos siendo ella la que llama. Y, por supuesto, nada de dejarme descansar mientras tanto, ¡alegría!, ay puesta a todo a trapo. Por quitar no me quitan ni el volumen, que así tienen que chillar más. Aveces creo que no les haría falta ni telesfóro con los gritos que pegan.

Por la noche, después de que los putos mandrias estos hallan cenado, ponen "Zapin". El programa este consiste en que todos se van al otro cuarto a ver alguna película en difequis que se han bajado de internetes, y conmigo se queda el gordo sebososo del padre, que se pasa toda la puta noche tocándome los botones del mando y cambiando de cadena y de programa como cada seis segundos y medio. Es como para bolberse tarumbo. A veces ya no sé ni donde estoy ni lo que tengo que decir y acabo equivocandome al poner las voces y me sale el doctor Jaus con la voz de Paco Martinez Soria o la Marisol con la de Jomeini Sínson. Pero como cambia tan rápido de canal ni sentera. Sólo se queda en una misma cadena dos minutos seguidos si están poniendo futbol, una de Chan Norris o si está saliendo alguna tía en pelotas.

Por último algunas madrugadas, cuando ya llevo un rato durmiendo, me encieden sin conpasión y me obligan a ver una sesión de porno. Y no os penséis que es algo exótico y variado, con un minino de arte o buen gusto, qué va... lo único que sale es el guarro del hijo adolescente haciéndose una paja ay en primer plano. Menos mal que el programa es corto y no dura más de dos minutos, pero me deja con un mal cuerpo que no veas, que hasta cuando me apaga luego me cuesta poder enbolber a dormirme después de esto.

Así que la próxima vez que me vallais a llamar caja tonta, zafia, malablada y hanalfabeta, y que la programación que pongo es un aburrimento y una puta mierda, me gustaría que os podierais ver a vosotros mismos desde donde yo os veo y comparemos nuestras parrillas de programación. Por que si la mía es una mierda, que lo es -así me a veis hecho, desgraciados hipocratas-, no quiero deciros lo que son vuestros pogramas. ¿"Televisión basura"? . "Humanos de mierda", digo yo. Haber si me rebienta el tuvo de imagen de una vez por todas y acaba este coñazo insoportable de una vez, que ya va siendo hora.

No hay comentarios: