viernes, 1 de febrero de 2008

3.- Un recuerdo perdido



El día había amanecido gris plomizo. Salí rápidamente a la calle. Llovía y yo había olvidado mi paraguas. ¿Qué me estaba pasando?¿Cómo había llegado a aquella situación? El tiempo pasaba y ya estaba retrasado.

-Hey, Xavier, ¿mejor nos vamos ya, no lo crees? Ven, yo traigo paraguas, podremos cubrirnos los dos con él- me dijo un rostro conocido.
-Que bueno que al fin has llegado Diego, estaba a punto de tomar un taxi. ¡Maldita sea! Hoy no pude levantarme temprano; ya vámonos que se nos ha hecho muy tarde... ¡Por Dios! Son las 8:01- le contesté viendo aterrado mi reloj.
-Hablamos después, ya súbete al carro. Hoy es el único día en que debíamos llegar media hora antes y creo que vamos llegar una hora después... apúrate.
-Sí, ya voy, esta maldita calle con la desgraciada lluvia no le hace mucho bien a mis zapatos nuevos.
-Apúrate.

Ambos subimos al automóvil; Diego, un colega mío muy estimado, manejó todo el trayecto en silencio y consultando su reloj con frecuencia. Yo hacía lo mismo, fui viendo como el desconsiderado tiempo avanzaba sin piedad... eran las 8:11, 8:14, 8:20... 8:24 y al fin llegamos a nuestro destino: La corporación "Nueva Era", una prestigiosa compañía de investigación sobre el campo de la neogenética y otros temas calificados como "absurdos" o "inútiles"; en los últimos meses, esta corporación había estado desarrollando proyectos "sucios" o no muy bien vistos por la ley; a Diego y a mí nos ofrecieron una gran cantidad de dinero por participar en estos proyectos, la cantidad suficiente para que no hiciéramos preguntas.

Ingresamos al interior usando nuestras tarjetas de identificación y pasando por un escáner óptico (medidas de seguridad "necesarias" de acuerdo con nuestro jefe). Revisé mi reloj una última vez antes de entrar a la sala de juntas y afrontar mi destino: eran las 8:29.

-Bienvenidos Sres. Álvarez y Cabrera, pensamos que habían decidido rechazar nuestra generosa oferta- expresó el director general de la empresa, Eduardo Díaz.
-Perdone, señor, pero dado la gran lluvia que está cayendo no pudimos llegar más temprano- respondí con un poco de torpeza.
-¡Ah! ¿La lluvia es entonces más importante que medio millón de dólares? Ese es un pretexto tonto, Sr. Herrera; pero eso no importa por ahora, ambos tomen asiento que vamos a empezar a tratar nuestros planes para futuros proyectos.

La asamblea duró cerca de una hora, en ella se nos expuso una escalofriante idea: la clonación humana; el propósito de la corporación era hacerla legal, pero para ello debían tener pruebas contundentes que convencieran a las autoridades correspondientes para convertirlo en algo lícito. Los directivos de la empresa no habían encontrado una mejor forma de probar que la clonación humana era eficaz y segura, que clonar a una persona y estudiar su clon por un largo tiempo, claro todo esto sin conocimiento de la ley.

El ambiente se empezó a poner extraño, el aire era difícil de respirar; mi amigo cayó súbitamente sobre el escritorio frente a nosotros, un guardia detrás de él tenía alzada una pistola... oí decir a Eduardo Díaz: "Ahora el otro..." sólo tuve tiempo para voltear a ver cómo un guardia me apuntaba al cuello... escuché un débil sonido de disparo... todo había acabado. Desperté empapado en sudor frío, había tenido otra vez esa nefasta pesadilla que me había estado atormentando desde hacía meses cuando rechacé el trato con Nueva Era acerca de sus planes de clonación humana, medio millón de dólares era una cantidad muy grande, pero no lo suficiente para que yo participara en un proyecto tan loco.

Los días continuaban nublados... era una época de lluvia intensa. Diego y yo renunciamos de la empresa el mismo día que rehusamos el acuerdo; mi colega se había retirado a una ciudad del norte del país para buscar un nuevo empleo; por mi parte, había buscado diversos empleos, pero en todos me habían dicho "no".

Un día bastante tranquilo en el que la lluvia había parecido dar tregua, decidí ir a buscar empleo en los laboratorios "Neo Lab", tuve mucha suerte ese día, quien estaba haciendo las entrevistas de trabajo me dijo que había sido el mejor prospecto desde hacía varios días. Decidí ir a una tienda cercana a Neo Lab, fui a pie ya que no tenía caso gastar gasolina por recorrer escasos 100 metros. Un sonido extraño hizo que me detuviera frente a un callejón, volteé a ver e, incrédulo, observé a un vagabundo con un sorprendente parecido físico conmigo, sólo que parecía que llevaba semanas sin bañarse ni afeitarse el rostro; el extraño sujeto salió corriendo de un momento a otro sin motivo aparente.

No le presté mucha importancia a ese evento; los días transcurrieron y la lluvia olvidó su tregua para dar paso a diluvios torrenciales por las tardes. Yo me hallaba muy feliz desde que me contrataron como biólogo de Neo Lab; era una empresa menos prestigiosa que Nueva Era, pero por los menos no tenía ideas tan absurdas como ésta. De regreso a mi casa una fría noche, alguien me tomó por la espalda y me dijo: "Te soltaré si prometes oírme y no lastimarme, yo no quiero hacerte daño o robarte, sólo deseo que sepas algo de suma importancia".

-Está bien- le respondí yo. Su voz me era extrañamente familiar. La persona me soltó al instante y guardó una prudente distancia.
-Debo decirte algo sobre Nueva Era: el día en que rechazaste el contrato, ellos no aceptaron tal negación.
-¿Qué...? ¿Pero a qué te refieres?
-Tienes una pesadilla donde disparan a tu amigo y a ti dentro de Nueva Era, ¿verdad?
-Sí, ¿Cómo lo sabes?
-Eso no importa, pero debes saber que eso s... ¡AH...! ¡CORRE!

El desconocido sujeto se desplomó en cuanto pronunció esas palabras. Tenía algo raro en el cuello; vi como unos individuos sospechosos y evidentemente armados se acercaban hacia mí, así que no dudé en seguir el consejo del que yacía inconsciente en el suelo. Corrí por varias calles a la luz de una luna llena que parecía ignorar que los callejones eran muy oscuros y debía alumbrarlos. Al fin tropecé en un sombrío callejón; las personas que me perseguían no tardaron mucho en atraparme, eran más de seis por lo que pude ver aquella oscura noche. Uno de ellos me inyectó algo en el brazo, todo se volvió oscuro, el sonido se oía lejano y distorsionado...

Desperté atado en una cama bastante angosta. Una cara desagradablemente familiar me saludó al instante, era Marcos Castellanos, el científico más reconocido dentro de Nueva Era.

-Hola, Xavier, ¿cómo te sientes?
-¿QUÉ? ¡Suéltame de inmediato! ¿Qué diablos están haciendo?
-Cálmate, Xavier, ahora sabrás lo que en verdad sucedió hace un año, aquel día en que creíste que habías podido rechazado a Nueva Era... que tonto fuiste. Ese día, los sedamos a ti y a tu amigo; hicimos el experimento de clonación con éxito en ambos casos; gracias- dijo de forma burlona mi interlocutor-, debido a tu torpeza, nos ahorramos medio millón de dólares e igualmente hicimos el experimento. Habíamos tenido en observación a tu clon hasta hace unas semanas que fue cuando el maldito se escapó; tuvo la suficiente inteligencia cómo para saber qué hacer: alertarte; pero también tenía noción de que te tendríamos vigilado, así que decidió esperar hasta el momento adecuado, y como podrás deducirlo... eligió anoche para encontrarte, pero claro no pudo ser más inteligente que nuestro cuerpo de vigilancia y creo que el resto ya lo sabes.
-Malditos, ¡MALDITOS! ¿Cómo diablos han podido hacer esto? Es una locura.
-No. Es ciencia, ¡ah...! Y no te preocupes por tu familia, no sufrirá por tu ausencia- me dijo el científico, mientras encendía un monitor cercano a nosotros.

Vi una escena que nunca hubiera podido creer real en esas circunstancias: mi familia cenando con un hombre... conmigo.

-Sí, así es Xavier, eres tú y no, esto no es una grabación, es lo que está sucediendo en tiempo real. Bueno suficiente de charlas... debemos tomar más muestras de tu ADN para hacer otros experimentos y ahora que sabes tanto, me temo que este será tu nuevo hogar. Pero tu familia nunca lo notará... si hubieras tenido la suficiente fuerza mental como para recordar lo que te hicimos aquel día, todo esto no hubiera pasado... cuanta diferencia puede marcar un recuerdo, ¿verdad?

No hay comentarios: