miércoles, 20 de febrero de 2008

FdC.-Apocalipsis

Chapter I: The begining

Es una sociedad en la que no hay respeto, salvo por la muerte y toda su parafernalia. La libertad, conseguida muchos años atrás se desvaneció tan rápido como las esperanzas e ilusiones de una buena vida. Porque desde que hace 10 años el mundo fue sometido por Crommel Ludinsky nada ha vuelto a ser igual.
Todavía recuerdo aquella fatídica mañana, en la que 25 encapuchados al mando de su líder interrumpieron en la sala de las Naciones Unidas, en plena reunión para frenar la creación de armamento nuclear. No recuerdo bien la cantidad de cadáveres que adornaron la sala en apenas una hora, más de 100 pero no menos de 400.
Todo el mundo en su casa o apagó el televisor o se tapó los ojos ante aquella masacre. Sólo los más sádicos como yo disfruté de tal horror, aunque ahora te aseguro que hubiera aparatado la mirada, porque esa fascinación mía por la muerte se ha convertido en un tedio insoportable. Y vino el discurso.
No voy a reproducir textualmente las palabras del cruel dictador por miedo a herir algún sentimiento, incluidos los míos. Pero básicamente lo que dijo fue se iba a hacer el amo del mundo, unificar los 5 continentes y sumir al mundo en un apestoso pozo lleno de miseria en el que sólo los más fuertes sobrevivirían.
Por aquella época era joven e impresionable, con lo que decidí unirme a aquel sangriento dictador, sin pensar en los funestos actos que conllevaría firmar aquel acuerdo con mi sangre. No he vuelto a ser el mismo, perdí mi alma.

Chapter II: A metal rebirth

Yo soy el Nº 3256541, mi antiguo nombre lo perdí a cambio de mi libertad para matar. Ahora mismo ya no estoy vinculado a Ludinsky mas sigo siendo aquel despiadado asesino que vendió su alma a alguien peor que el diablo hace 10 años.
Pero supongo que querréis conocer mi historia, por lo que voy a atormentar vuestra alma con una cruenta historia que comienza el 25 de enero de 2007, un día después de que Ludinsky sometiera al mundo. Era una neblinosa y lluviosa tarde, en la que tu propio aliento te cegaba, acudí como otros tantos jóvenes a la calle Montera para alistarme en el poderoso ejercito de Ludinsky. Era increíble la cantidad de jóvenes agolpados en la puerta de aquel viejo almacén. Asustados y superados por la situación, vi a algunos tíos con las cabezas de sus padres en la mano para intentar demostrar su valor, aunque eso no les sirvió de nada cuando escuchamos las condiciones necesarias para poder entrar: Ser blanco, ser más o menos fuerte, no tener miedo a matar ni piedad y tener más de 17 años, por supuesto, no se admitían chicas. Así, más de 15.000 tíos abandonaron la sala entre murmullos y miedo general. Los demás, unos 80.000 hombres
Fuimos sometidos a 2 duras pruebas de las que sólo salimos 7.000 soldados, los llamados “Soldiers of The Misery”. Incluso hoy me siento orgulloso de haber superado estas pruebas y que voy a contar ahora, para congoja de vuestras sensibles almas.
1ª prueba: Como todos estábamos tan seguros de no tener piedad, nos obligaron a matar a civiles, concretamente niños de hasta 5 años, ancianos inofensivos y algún adulto. Esto fue realmente duro, sobre todo ver cómo un niño te mira al clavarle un cuchillo en el pecho, porque eran de carne y hueso mas ahora sus agónicas miradas poblarán mis pesadillas para siempre. Y si creéis que esta prueba es inhumana esperad a ver la otra.
2ª prueba: Aquí es donde la mayoría de tíos se fueron, prefirieron morir al lado de los suyos que morir solos como voy a hacer yo, os cuento, tuvimos que asesinar a sangre fría a nuestros “queridos”padres y familiares. Yo estuve a punto de abandonar y suicidarme ahí mismo pero luego los maté, sin antes maldecirme un par de veces por tal acto. Así es como me convertí en el Metal Warrior, un ser despiadado ser sin sentimientos ni piedad que durante 10 años sirvió al diablo.

ChapterIII:A decade of blind violence

Mis orígenes, mi nombre, mi familia, todo fue reemplazado por el Nº 3256541y el sádico seudónimo de Metal Warrior para liderar el ejército de los “Soldiers of Misery”.
Durante una década acudí a más de 12 países y tuve que matar a más de 200.000 “infieles”.Mi trabajo era fácil, lo único que hacía era matar a aquellos que según Ludinsky eran una amenaza para la sociedad por su carácter revolucionario pero tan sólo eran gente normal intentando sobrevivir, algo que era imposible. Casi nunca entramos en conflicto, y las veces que lo hicimos acabamos muy diezmados, no estábamos preparados para las guerras, lo único que teníamos era furia ciega y una insaciable sed de muerte. Y os preguntareis cómo había guerras si el mundo estaba sumido en un caos infernal, pues bien, había unos resignados a morir y que formaban el grupo de la Resistencia Revolucionaria. Repartidos por todo el mundo, sobre todo en Italia donde tenían el foco central, su única intención era luchar y luchar hasta derrocar a Ludinsky mas necesitaban un sólido líder que les guiase a través del campo de batalla. Así que hace 2 meses, cuando atravesaba momentos difíciles debido a terribles dudas sobre desertar o seguir vivo pero a un terrible precio, todo terminó para mí. Recibimos un comunicado del jefazo diciéndonos que habían descubierto la base secreta de los rebeldes y que iban a lanzar un ataque masivo sobre ellos, por lo que los “Soldiers of Misery” iban a acudir el 18 de Octubre de 2017 a Italia para terminar de una vez por todas con los rebeldes. Pero también nos dijeron el nombre del jefe rebelde, un nombre que hubiera preferido no escuchar pues era el nombre de mi supuesta difunta novia, la única que era capaz de apoyarme en los momentos difíciles y que me hizo ver las cosas claras en estos momentos de duda. Iba a desertar. Maté a mi familia, maté a centenares de personas pero no podía matar a mi otra mitad.

Chapter IV: In the end

A los “Soldiers of Misery” nos encargaron infiltrarnos en la ala este de la base rebelde y cortar los sistemas de comunicación y el suministro de luz. Nuestra tarea era muy importante, ya que el destino de la guerra estaba en nuestras manos. Yo estaba al mando de la operación junto con 14 soldados, los mejores espías y con gran experiencia. Todos ellos estaban ansiosos por entrar en guerra y matar a los rebeldes mas yo les iba a conducir a una muerte segura. Esa misma noche entré sin ser visto en el garaje militar para sabotear los metal destructors, poderosas máquinas de guerra parecidas al Mazinger-Z de los ’80 pero con mayor poder destructivo. Sabía que sin los destructors perderíamos mucho poder y los rebeldes tendrían una oportunidad. Así que después de colocar las bombas en los 5 destructors volví a mi celda y me preparé para la importante misión, que comenzó 5 horas mas tarde. Al llegar mate a todos y cada de uno de los soldados a mi cargo, algunos eran amigos míos desde hace mucho mas no me importó.
Usé la radio general para hacer desesperadas llamadas a todas las bases rebeldes por el mundo para que vinieran con el mayor número posible de soldados y combatir la amenaza a punto de venir, además de dejar el armamento de mis soldados y los planos de la base en la que vivía Ludinsky. Acto seguido volví con los “míos”.
Comuniqué el éxito de la misión y después de 4 horas montados en aviones, metal destructors y helicópteros llegamos a la base italiana donde nos estaban esperando mas de 1 millón de soldados y otros tantos tanques. Así que al aterrizar las alegres caras de mis camaradas se tornaron pálidas reflejando el miedo de la muerte que les llamaba. Mientras que no dejaba de correr por el campo de batalla dando miseria a mis soldados los rebeldes contemplaban la situación extrañados pero luego comprendieron que había un poderoso desertor sin miedo a morir y mucho menos a dirigirlos por el campo de batalla, con lo que pronto una furiosa turba se abalanzo sobre mis soldados a mi orden, y ante mi orden retrocedieron para ver como 5 explosiones se sucedían diezmando al ejercito. La victoria tenia color rebelde, sólo quedaba ir a por Ludinsky pero para ello habría que esperar porque comenzó mi exilio.

Chapter V: Wounds healed

Abandoné el campo de batalla tan rápido como pude. Estaba decidido a ayudar a los rebeldes pero antes debía limpiarme el olor a muerte que tenia demasiado tiempo.
Mi exilio no duró mucho tiempo, tan sólo un mes en el que preparé un ataque contra Ludinsky para traer de nuevo la paz además de curar viejas heridas. Cuando estuve preparado me presenté en la base dispuesto a dar muchas explicaciones por lo que mi historia real comienza ahora.

Chapter VI: The call of death

Cuando llegué a la puerta 2 soldados se abalanzaron sobre mi pero rápidamente su jefa salió al paso para defenderme y me obligó a identificarme.
-Está bien, el momento que ansié durante mucho tiempo se va a realizar, comtemplarás el rostro de un traidor, el rostro de tu ex-novio. Y así como lo dije me quite la máscara llenando de sorpresa y miedo su cara.
-Así que todos estos años has estado matando a mi gente por ese tirano y ahora pretendes que te perdone.
-La verdad es que he matado a civiles, cientos de ellos, y no intento ganarme tu perdón sino alistarme en el ejercito rebelde y combatir contra aquel al que he estado siguiendo ciegamente por un estúpido deseo de supervivencia.
-Muy bien, mi perdón te lo ganaras en el campo de batalla, de momento estas con nosotros y recibirás un arma como los demás.
Así que aquí estoy, de vuelta al principio, con mi ex-novia, la mente cambiada y un siniestro plan para acabar con la dictadura. Y como a nadie le interesa mis vivencias con los nuevos camaradas proseguiré con mi historia 2 meses más tarde.
Durante 2 meses libramos mas de 20 guerrillas, todas ellas de poca importancia y ganadas, mi antigua armadura imponía respeto en el campo de batalla, me sentía como Patroclo en la guerra de Troya. Estas victorias nos dieron moral y conseguimos salvar unos 200 mil inocentes, pero la verdadera misión comienza ahora, por fin mi idea de realizar un ataque masivo contra Ludinsky se va a llevar a cabo.

Chapter VII:Pplanning an ideal world

Más de 5 millones de soldados nos hemos embarcado en una misión suicida contra el presidente, todo estaba decidido, 2 millones entrarían por la ala este y otros tantos por el oeste, creeréis que estoy desvariando pero su “vivienda” es enorme y hay mas de 7 millones de soldados resguardándole, yo junto con mi ex y 10 espías entramos por el centro, los restantes nos cubrieron las espaldas para asegurarnos el éxito de la misión que, aunque importante era muy fácil, ya que nos sabíamos todos las trampas y sistemas de seguridad de la vivienda y solo teníamos que matar al cruel dictador. Así, en 5 minutos y más de 100 cadáveres después conseguimos llegar hasta Ludinsky, quien me reconoció
- Tu, el Metal Warrior, uno de mis mejores soldados, ¿porqué me has traicionado?
- No, primero traicione a mis principios uniéndome a ti pero me he dado cuenta de que he estado sirviendo a un payaso y he decidido volver a mis raíces por lo que debes morir.
Así que aquí estamos, parece que todo se va a arreglar, los continentes volverán a ser como antes, las personas volverán a sus hogares y nadie recordará esta terrible guerra que nos ha hecho sacar nuestra bestia, ¿no crees, Marta?
-si, nos queda todavía mucho camino por recorrer, pero lo haremos juntos.

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